La historia de las babys en el rock argentino es un tema de doble mérito, por una lado, por su contribución a la ruptura del modelo occidental sudamericano desde una postura transgresora: La mujer fuera de la cocina y de su casa y, por el otro, porque en una etapa de cambio radical, era necesaria la versión femenina del rock en español. Al principio, costó imponer la opción a un género hecho por hombres. Todavía la mujer estaba demasiado atada a prejuicios y preconceptos, pero irrumpió bajo la estela de modelos que llegaban del norte:
Joans Baez
Janis Joplin
Joni Mitchel
http://www.youtube.com/watch?v=O2NgDnX-Uwo&feature=related (Interesante observación mirar los gestos masculinos, no estaban acostumbrados a modelos diferentes a las del hombre).
Así, cuando comenzaba la década de los setenta, la versión mujer del Rock Nacional tuvo su bautismo de fuego con Gabriela . Fundadora del canto femenino en escenarios que solo estaban hechos para ellos. Sin embargo, voy a reñir con aquellas apreciaciones que dicen que el rock era un género de percepción machista. El rock fue y ha sido una ruptura con los modelos preconcebidos. Era, por entonces algo más que música, un estilo de vida y, en ella, la mujer estaba ganando la libertad que en otros ámbitos se le negaba.
Gabriela tuvo cierta fortuna en cuanto había conocido culturas distintas a la nuestra, por lo tanto, podía tener otras percepciones de la realidad y de las dictaduras de la época. Pronto estableció vínculos sentimentales con Edelmiro Molinari (Almendra, Color Humano) y debutó en Buenos Aires Rock. Su primer simple
“Campesina del sol” (http://www.youtube.com/watch?v=J4BOw0UUss4) precedió a su primer disco del año 72; al año siguiente participó en el film
“Rock hasta que se ponga el sol” y en 1974 emigró a Los Ángeles junto a Molinari.
De retorno al país, editó
Altas Planicies (1990) y, más tarde,
Detrás del sol (1996) junto a músicos norteamericanos de vanguardia , recibiendo muy buena crítica en revistas especializadas de la época. En Gabriela, sobre todo, se reconoce su sacrificio virginal en nombre de todas las mujeres, su folk sencillo y enérgico, algo bluseado, con voces superpuestas como en
http://www.youtube.com/watch?v=MBftCqgsYjo María Rosa Yorio posiblemente haya sido el salto de continuidad que ellas necesitaban. Comenzó como corista de Charly García (con quien tuvo un hijo), luego integró entre 1974-1976 PORSUIGIECO (Raúl Porcheto, Sui Generis, León Gieco) donde se consolidó como voz femenina. De allí pasó a Los Desconocidos de Siempre junto a Nito Mestre
(http://www.youtube.com/watch?v=Xks5mooxM1E&feature=related) para llegar a solista en 1980. La realización del álbum
"Con los ojos cerrados" contó con el apoyo de Alejandro Lerner y su banda. El segundo LP fue producido por Miguel Mateos y retornó al folk clásico en
"Por la vida" (1984) para inclinarse, luego, a los ritmos dominantes de la época. En 1986 lanza
"Puertos" con un marcado cambio de imagen y con su apellido a secas, este moderno disco logra un sonido pop de vanguardia.
"En todas partes te veo" (1986)
http://www.youtube.com/watch?v=LtZWfIn6b7E&feature=related fue uno de los temas destacados. Particularmente, creo que cualquier chica de barrio hubiera tenido idéntica fortuna rodeada de extraordinarios músicos. Una voz más entre tantas y el honor de quedar en la historia.
Claudia Puyó y Fabiana Cantilo también son de la misma época y marcaron dos estilos definidos, uno más blusero y otro más rock and pop. Ambas trabajaron haciendo voces junto a innumerables músicos de la escena argentina.
En lo personal, la Puyó siempre me gustó, sin embargo, no alcanzó la misma trascendencia que las demás. Talento y voz no le faltaba. Recuerdo su disco
“Cuando te vi Partir”, muy parejo y bien logrado, con temas como
“Hundiéndome en la oscuridad” http://www.youtube.com/watch?v=iOdM24DTyd4&feature=relatedEsta excelente producción llegó algo demorada (1994) para su larga trayectoria.
Acababa de llegar Alfonsín a la Rosada y todo era alegría; lo recuerdo muy bien desde el bar que estaba frente a la facultad. Con Franja Morada nunca estuvimos a gusto y este tema siempre sonaba por allí.
lo cantaron todas las hinchadas en todas las tribunas de fútbol.
Otros temas evocativos también son "Mery Poppins y el deshollinador": “Tú tienes cuerpo de fusil , yo estoy siempre a punto de estallar…” dice en explosiva metáfora
La chica resiste y sigue cantando. Su cara de ángel lo permite todo pero, también, sus maneras espontáneas y desenfadas para conectarse con el público.
Patricia Sosa surge con La Torre, grupo de potente ritmo que recorre un exitoso camino desde que en BA rock 82,
"Colapso nervioso" http://www.youtube.com/watch?v=xWmKstFp-Mk lo convirtiera en el grupo destacado del año. Perduró hasta 1989 y, al año siguiente, Patricia comenzó su carrera solista volcada más a la balada y lo melódico, sin la agresividad rockera de antaño, pero con su voz personal de siempre.
Su voz, sin ser demasiado fatal ni estridente, tiene un aire personal muy agradable. Ella misma lo es. Realmente buenos y muy cuidados los arreglos musicales. A mi juicio una de las mejores.
Por último, una cita evocativa para María Gabriela Epumer (1963-2003).
Sobrina de Celeste Carballo, alcanzó el éxito integrando Viuda e Hijas de Roque Enroll; éste fue el primer grupo femenino de América Latina en lograr una adhesión masiva en los años ochenta.
Grabaron tres discos: * Viuda e hijas de Roque Enroll, * Ciudad catrúnica (que vendió 200 000 copias) y * Vale cuatro.
Por problemas con la discográfica se separaron en 1988.
En 1993, después de una gira con Luis Alberto Spinetta, Epumer es convocada por Charly García para formar parte de su banda estable.
En 1995 se volvió a reunir con Viuda e Hijas para grabar el disco Telón de crep, un registro en vivo de los mayores éxitos de la banda.
Por último, en 1997 se lanzó como solista editando, al año siguiente, Señorita Corazón, un disco atemporal, de dulces melodías y estilo propio.
En mayo de 2000 sale a la venta la placa, Perfume. 16 canciones, en la que fue acompañada por Robert Fripp, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Richard Coleman, entre otros.
Y, junto a Celeste y Fabiana, un grato recuerdo más allá del tiempo y la tierra perceptible
