Argentinos/as !!!

La Historia y la Literatura tienen mucho que decir sobre nuestra Identidad. Mi visión no es el único perfil, pero lleva como finalidad la integración del colectivo que consolide la Provincia 25. De manera que funciona como puerta abierta a la memoria y al conocimiento de aquello que, bien o mal, nos pertenece y nos representa. Hecho con afecto para todos los compatriotas...



domingo, 26 de febrero de 2012

Bicentenario de la Bandera Nacional Argentina (1812 - 2012)

24/02/2012 -
La bandera argentina cumple 200 años. Significa mucha vida de varias generaciones. Significa un punto de encuentro flameando en el viento y el intento persistente de forjar la Patria. Con la Visita Guiada a la Vida del General Belgrano comenzaron este jueves 23 los festejos por el Bicentenario de la Bandera en la ciudad de Rosario que se extenderán hasta este lunes 27 de febrero día exacto de que el general Manuel Belgrano enarbolara por vez primera la bandera nacional. Actividades.

CRONOGRAMA COMPLETO
FITO PAEZ, JORGE FANDERMOLE Y LILIANA HERRERO
Los cantantes Fito Páez, Jorge Fandermole y Liliana Herrero cantarán en Rosario para celebrar el Bicentenario de la Creación de la Bandera. Lo harán este viernes 24 de febrero, a las 21, en el Monumento Nacional a la Bandera. El concierto ha sido organizado por el Ministerio de Innovación y Cultura junto con la Municipalidad de Rosario.

También se incorporarán al acto otros artistas.

Obviamente, el espectáculo será con entrada libre y gratuita.

JUEVES 23, SÁBADO 25 Y DOMINGO 26, A LAS 20 Y A LAS 22, Y VIERNES 24 A LAS 20.
Visita Guiada a la vida del General Belgrano.

Presentación teatral sobre las ideas y hechos de la vida de Manuel Belgrano realizado a modo de viaje y recorrido espacial por distintas estaciones ubicadas en el hall del Concejo Municipal rosarino y distintos espacios del Monumento Nacional a la Bandera.

Las entradas sin cargo se retiran desde dos horas antes de cada función en el mástil del Monumento Nacional a la Bandera. Los cupos son limitados.

VIERNES 24, A LAS 21.
Todos Bajo Una Misma Bandera. Concierto Del Bicentenario.

Frente al Monumento Nacional a la Bandera se realizará un espectáculo integral que combina imágenes, palabras y música para celebrar el símbolo que nos abraza a todos como pueblo. Recital de Fito Páez, Jorge Fandermole, Liliana Herrero, Cholo Montironi y artistas invitados.

DOMINGO 26, DESDE LAS 20.
Recibiendo el Bicentenario: 200 años después

La noche previa al 27 se realizarán en distintos puntos de la ciudad recitales que contarán con la presencia de reconocidos músicos y artistas. Estos encuentros de convivencia culminarán en un ritual de medianoche, cuando, con las estrofas del Himno Nacional Argentino recibamos el día de los 200 años.

• Rambla Cataluña: Los Pericos, The Koalas, Sucesores de la Bestia y Alegre no tanto.

• Parque Yrigoyen: Los Tekis, Los Novas, Los Trovadores del norte y Agustin Pistone.

• Cuatro Plazas: Chiqui y los laguneros, Rubén Sánchez y sus troperos Santafesinos, Ecos del Chamamé, Agrupaciones de Baile, Toro Zapateador, Ahijados de Ecos del Chamamé y Los del Campo.

• Playón Centro de la Juventud: La Biaba y sexteto El Vendaval, ronda de profesores de tango, DJs invitados.

LUNES 27 A LAS 8.15.
Izamiento Solemne de la Bandera Nacional

En el mástil mayor del Monumento con la presencia de autoridades locales, provinciales y nacionales.

LUNES 27 DESDE LAS 15.30.
La Ruta Apasionada y Alta En El Cielo

La Ruta Apasionada es un recorrido dramático que recrea la entrada de Belgrano a la Capilla del Rosario del Pago de los Arroyos, desde las quebradas del Saladillo hasta la vera del Paraná. Partiendo desde el Parque Irigoyen, lo acompañan el Regimiento de Infantería Nº 1 de Patricios, agrupaciones tradicionalistas, ciudadanos y vecinos de todo el país.

La Ruta Apasionada, es el camino de la bandera más larga del mundo, Alta en el Cielo. Cosida durante más de diez años con retazos de tela e identidad, partirá desde el norte (Parque de España), el sur (Plaza López) y el oeste (Plaza Pringles), sostenida por argentinos de todas las edades hasta encontrarse en un solo paño.

Belgrano y las banderas convergen frente al Monumento para realizar ante el Palco Oficial la Promesa a la Bandera con el público reunido dando comienzo al Acto Central a las 19 h.

MUESTRAS Y EXPOSICIONES
Del miércoles 22 de febrero al viernes 2 de marzo, de lunes a viernes, de 8 a 20, y sábado, de 9 a 12.

El Arquitecto y la Obra. Un recorrido por las historias que rodearon la construcción del Monumento a la Bandera en relación con la figura de Angel Guido. Organizado por la Biblioteca Pública Municipal José M. Estrada y el Museo de la Ciudad. Biblioteca Pública Municipal José M. Estrada. Apertura: viernes 24 de febrero.

Muestra filatélica. La Asociación Filatélica de Rosario presenta una muestra, en la que, filatelistas locales y nacionales, exhibirán sellos postales vinculados al Bicentenario de la creación de la Bandera. En el Hall Central del Palacio de Correos.

Agenda completa y actualizaciones en:

http://www.rosariocultura.gob.ar/muni.cultura/especiales/bicentenario-de-la-bandera/bicentenario-de-la-bandera

MÓNICA FEIN INAUGURÓ LA MUESTRA DIDÁCTICA BICENTENARIO DEL PRIMER IZAMIENTO
La intendente Mónica Fein inauguró en la mañana de este jueves 23 de febrero la muestra mural histórica-didáctica Bicentenario del primer izamiento, organizada por el Monumento Nacional a la Bandera en el marco de las actividades programadas para conmemorar los 200 años de la creación de la enseña patria.

La exposición, que se podrá apreciar en las inmediaciones del Propileo del Monumento Nacional a la Bandera hasta el sábado 31 de marzo próximo, consta de 12 paneles donde se reseña cómo era Rosario en 1812, cómo era la primera bandera y la primera escarapela, entre otros hechos y personajes de esa época.

Tras el tradicional corte de cintas, Fein recorrió la muestra acompañada del director general del Monumento Nacional a la Bandera, Miguel Carrillo Bascary. (Prensa MR).
Fuente:  http://www.elfisgondigital.com/fsgw/arte/nota79013


Día de la Bandera Nacional Argentina

La Bandera Nacional Argentina fue creada con posteridad al de la escarapela. Ya su mismo autor nos dejó la prueba bajo la marca de su pluma: "Siendo preciso enarbolar bandera y  no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme los colores de la Escarapela Nacional, espero que sea aprobada por usted" (Manuel Belgrano, 27 de febrero de 1812). Bernardino Rivadavia, entonces secretario del Primer Triunvirato y, a la larga, agente ligado a los capitales externos, le respondió con el envío de otra bandera…pero roja y amarilla!!! La Celeste y Blanca tuvo que esperar hasta 1816 para ser aprobada por el Congreso de Tucumán quien le agregó, en el centro, un sol incaico (1818). De manera que, para explicar el origen de nuestros colores, debemos remitirnos al de la creación de nuestra escarapela (nada de cuentos de hadas, el color del cielo y Don Manuel mirando pensativo la profundidad del éter o cosas por el estilo).French y Beruti repartían en la semana de mayo cintas blancas y celestes para distinguir a los patriotas con derecho a paso allí donde no podía pasar cualquiera (lo digo yo que durante la semana caliente para echar a Cisneros me lo anudaba al ojal de mi chaqueta). Escribe Bartolomé Mitre (primer gran historiador) que "French entró en una de las tiendas de la Recova y tomó varias piezas de cintas blancas y celestes. Puso piquetes con orden de dejar entrar solo a los patriotas y hacerles poner el distintivo".

Ya las damas de Buenos Aires también habían desfilado con esos colores el día 19; al mediodía fueron a apretar a Don Cornelio (Saavedra) que se estaba comiendo los higos maduros y no sé si algo más (un año antes había declarado que no era tiempo de revoluciones pues "las brevas no están maduras"). Consta, además, que unos meses después (marzo de 1811) la Sociedad Patriótica (los sucesores de Mariano Moreno) usaba cintillos blancos y azul-celestes.
En fin, el azul también remite, para algunos, a la banda oficial de la Monarquía Borbónica (y Belgranito tenía tendencias monárquicas).
Ahora el tema de discusión se centra en si debe ser celeste, azul, azul-celeste  o alguna otra variante de similar combinación. El 20 de junio evoca la fecha de la muerte del creador (1820) cuya conmemoración oficial fue impuesta por el presidente Ortiz en 1938. Por último, cabe acotar que nuestra bandera oficial remata con un sol nuclear de 33 fulgurantes rayos, largos y cortos, intercalados entre sí.
 
Profesor Carlos Cabrera, 20/05/2010

martes, 21 de febrero de 2012

La España partida en dos...


En la República de Platón, Sócrates indaga si "¿Acaso no es virtud humana la justicia?"(Platón, República, I-IX) reflexionando, de esta manera, sobre uno de los pilares de todo sistema democrático. Si el hombre es un ser racional la diferencia lo hace superior entre las especies. Esta concepción es básica para vivir en sociedad, pero he aquí que el problema de fondo es quién establece la valoración de lo que es justicia. Aquí es donde la mayoría de los humanos, que somos seres racionales, caemos en el error conceptual: Entendemos que  justicia es otorgar el derecho de su ejercicio a un grupo de individuos que se presenta como gobierno, es decir como Estado regulador de lo que está permitido y de lo que el sistema imperante prohíbe.
Después de los violentos sucesos acaecidos en la Ciudad de Valencia, confirmo lo que muchas veces se ha dicho: En España rige desde siempre una dualidad imposible de cohesionar o, en el mejor de los casos,  dificil de integrar en una única entidad. Desde la reciente elección presidencial hasta aquí volvió a dejar en claro esa división enfrentada. Cuando uno justifica la represión contra un grupo de estudiantes secundarios que deciden protestar por los recortes educativos y la burla de quienes gobiernan, solo queda pensar en un modelo franquista, pero sin Franco. Y el modelo volvió a apropiarse del poder del Estado, vía libre para operar con el viejo estilo de la ultraderecha: El Jefe de Policía se refiere a los estudiantes del Instituto Secundario Luis Vives con el concepto "enemigo" y la Delegada de Gobierno en relación a los acontecimientos del día 21 de febrero de 2012 (de los que fui testigo ocular in situ) "como una anécdota que no se vuelva a repetir" (puedo asegurar que fue una represión abierta y absolutamente salvaje e injustificada). No es casual que el nivel de represión haya causado  más detenidos que la que se produjo contra el movimiento del "15 M", no hace mucho. Por si acaso, este "señor" agregaba en el día de ayer "Espero que mañana no sea necesario recurrir nuevamente a la defensa" ("El País" 21 feb.). El fin es producir terror e inacción en el conjunto de la sociedad, necesariamente debe ser así porque es el mecanismo del modelo. O te sometes o te castigan.
Unos atacaban con palos a diestra y siniestra, otros levantaban libros como símbolo de resistencia.
Mientras tanto, los últimos acontecimientos  en el ámbito de la ley nos traía, simultáneamente con los  recortes a la educación y la sanidad, el "indulto" a Camps (cabeza de la mayor corrupción consumada en la Comunidad Valenciana) y la expulsión del servicio institucional judicial del renombrado luchador por los Derechos Humanos, el Juez Garzón. Son meros detalles de lo que acontece en España, y nada es fortutito, es parte de una acción deliberada de los que llegaron al Estado gracias al voto "popular" y, con este voto, al fin, justificar su acción democrática, cualquiera sea la medida política a adoptar (veáse la Reforma Laboral donde, en un abrir y cerrar de ojos, se cargaron todas las conquistas post franquismo).
Pero hagamos, ahora, la siguiente observación comparativa: ¿Actuar con  la justicia es actuar con el criterio de lo que es justo? Quedan enfrentados dos principios similares, aunque no idénticos: El concepto de justicia y el concepto de lo justo.
La justicia actúa sirviéndose de una ley, una ley hecha por el hombre, pero diferente puede ser el principio de lo justo, un valor humano universal. La ley puede ser tendenciosa o interpretarse conforme ciertas necesidades coyunturales. El juez Garzón cometió una falta y debía ser sancionado, pero ¿por qué no se actúa con el mismo rigor con los políticos corruptos? Pues porque el poder ejecutivo y el poder judicial, en sus esferas de alta jerarquía, están en manos del mismo e idéntico grupo ideológico. Así la justicia pretende vender imagen de justicia, cuando el mundo entero (literalmente) observa la acción injusta y la anulación del principio moral que trasciende al hombre de cualquier raza y religión, el concepto de lo justo, concepto que no está construido en las luchas políticas para favorecer o  no a determinado sector político, social o religioso (ver el cambio de  contenido en la materia "Ciudadanía").
De modo que un Estado actuará conforme quien sea más hábil para apropiarse de un poder, cosa que en España (como en Argentina) ha sido prédica constante. Y en medio de esa refriega el conjunto de los ciudadanos (que en España no incluye a los inmigrantes) yendo para un lado o para el otro, sin timón ni futuro. Unos porque empezaron bien, pero concluyeron en el espanto  (dejando la prédica de la República a la deriva); otros porque siempre estuvieron donde están, en la derecha más recalcitrante de toda Europa. La doble percepción de una España quebrada por la Historia y de la que no parece recuperarse ni con el paso del tiempo. Sin embargo, esos 70/80 niñatos insolentes de ayer son la promesa del cambio, no porque crea que la violencia sea el camino (al fin de cuenta fue el Gobierno valenciano quien autorizó la represión), sino porque su única arma fue un libro de Filosofía y Educación para resistir a la corrupción y la mentira.

Profesor Carlos Cabrera
Valencia, febrero 21 de 2012

sábado, 11 de febrero de 2012

Los Gatos de Santa Felicitas


La novela transcurre en dos ámbitos espaciales distintos y distantes: Barracas, barrio del sur de Buenos Aires y Puerto Sagunto, Valencia sobre el Mediterráneo; primer acierto de una historia que se deja llevar sola, sin altisonancias ni recursos literarios pomposos. El ámbito físico real, que encierra el espíritu de los hechos narrados, será la Iglesia de Santa Felicitas, frente a la Plaza Colombia, allí donde reinara en el siglo XIX una familia acaudalada, los Álzaga (vecinos de los Montes de Oca, Balcarce y otros terratenientes que ocupaban esa porción del Buenos Aires decimonónico). El narrador, cuyo nombre desconocemos, nos relata el drama de aquella familia y los secretos de un alma viva (Felicitas Guerrero) que perdura en el recinto de la iglesia. Para ello se sirve de un personaje incierto, Calixto y sus gatos. Un recurso imaginario para conocer el fondo de la historia. Sin embargo, ahora, todo transcurre en un año crucial para la Historia Argentina: 1978. Es un tiempo de incertidumbre y persecución ideológica, oculto detrás de un Mundial de Fútbol que nunca debió ser parte de la trama. De modo simultáneo, la autora construye una historia hecha de romanticismo entre el narrador y su enamorada; el segundo gran acierto de Dolores Estal Hernández, acompañar el fondo del relato segmentando otra línea argumental no menos fuerte y atractiva: Un idilio que cruza el mar y vincula dos parcelas en mundos tan parecidos como diferentes. Y es una realidad consecuente con los viajes de idas y vueltas, con los vaivenes bajo el cual existimos, con la pleamar y la marea baja, yendo y viniendo, dejando huellas y arrastrando marcas.

En Barracas se huele el aire porteño de Buenos Aires, sus costumbres, lugares, giros idiomáticos; en Puerto Sagunto, también. Si por un lado, el pebete de jamón y queso y el café con leche o la pizza con fainá y moscato recuerdan un mediodía cualquiera, allí o en el barrio contiguo de La Boca, en esos domingos de pasión y fútbol, por la otra cara, el chocolate con churros y la horchata nos hablan también de otro aire porteño a once mil kilómetros, el de Puerto Sagunto. Si por un lado se camina por el viejo barrio de Buenos Aires partiendo desde la Iglesia (incluso llegando hasta Caminito), en el otro se camina por El Carmen hasta la Catedral valenciana. La descripción siempre es sencilla y nos traslada para ubicarnos en el tiempo y en el espacio. Las coordenadas son precisas, tercer gran acierto. Dos mundos, dos horizontes, dos búsquedas.
Los ejes del relato no excluyen el fondo. Si en un ámbito se percibe la inseguridad oculta del pensamiento libre (aparecen citados La ESMA y el Vesubio, lugares de tortura y desaparición física) con la lucha callejera de las Madres de Plaza de Mayo, en el otro también deja lugar para la reflexión sobre los Altos Hornos y la lucha obrera: "Vienen malos tiempos para la siderurgia...la política industrial no augura nada bueno" (pág. 195).

"Los Gatos de Santa Felicitas", permite descubrir mundos nuevos: Quien lee desde Barracas descubre Puerto Sagunto; quien lee desde Puerto Sagunto descubre Barracas. La novela es un eco de emociones que van y vienen, es una ola pacífica que transcurre en polos opuestos y atraviesa el mar profundo. La autora, en todo momento también invita a reflexionar, al sueño profundo de los ideales, a rescatar lo que todavía vive y a no perder la orientación de nuestra propia estrella.
Doble motivo para involucrarme con la novela, por un lado, el mero y simple hecho de que transcurra en un viejo barrio donde he vivido, en un tiempo, aún, ajeno a las circunstancias de un mundo paralelo; por el otro, descubriendo la historia ibérica, sus costumbres terrenales y sus paisajes encerrados entre el mar y las sierras nevadas.
Dolores Estal Hernández irrumpe con su primera novela, con sencillez expresiva y altura literaria, con poco ruido y grandes méritos escondidos. Estáis invitados a disfrutar de su lectura. (Ediciones Amaranto Cultural, 2011).

Profesor Carlos Cabrera, Valencia 11 de febrero de 2012.

Enlaces Interesantes:


miércoles, 8 de febrero de 2012

Adiós...Muchacho Ojos de Papel





Muchacha ojos de papel, adónde vas?
quédate hasta el alba.
Muchacha pequeños pies, no corras más,
quédate hasta el alba.
Sueña un sueño despacito, entre mis manos,
hasta que por la ventana suba el sol.
Muchacha piel de rayón, no corras más,
tu tiempo es hoy...
Y no hables más muchacha, corazón de tiza,
cuando todo duerma te robaré un color. (Bis)
Muchacha voz de gorrión, adónde vas?
quédate hasta el día.
Muchacha pechos de miel, no corras más,
quédate hasta el día.
Duerme un poco y yo, entre tanto construiré
un castillo con tu vientre
hasta que el sol, muchacha, te haga reír,
hasta llorar, hasta llorar.
Y no hables más muchacha, corazón de tiza,
cuando todo duerma te robaré un color. (Bis)

domingo, 5 de febrero de 2012

La Violencia en Latinoamérica

Libros y cadáveres (por Mario Vargas LLosa) 

Entre el 21 y el 23 de noviembre hubo en los barrios pobres de Guadalajara (Jalisco) lo que los mexicanos llaman levantones, es decir, secuestros. Las víctimas eran, casi todas, jóvenes de humildes oficios -repartidores, electricistas, mecánicos, vendedores de chatarra, panaderos- y algunos de ellos estaban fichados por la policía por delitos menores como atracos callejeros y robo de autos.
Los aniquilaron solo para que el enemigo supiera que podían acabar con cualquiera
Un día después, el 24, todos ellos aparecieron -eran 26- muertos, con las manos y pies atados, huellas de balas en la cabeza y algunos con señales de tortura. Los asesinos embutieron los 26 cadáveres en tres camionetas robadas que dejaron cerca de los Arcos del Milenio, en pleno centro de la ciudad y a pocas cuadras del local donde dos días más tarde se inauguraría la 25ª edición de la Feria Internacional del Libro, sin duda la más importante de las muchas que se celebran en el mundo de lengua española.
¿Quién y por qué perpetró ese horrendo crimen? Según un reportaje estremecedor aparecido en el semanario Proceso, del 27 de noviembre, los asesinos fueron sicarios de uno de los cárteles más poderosos de la droga, el de Zeta-Milenio, que con esta matanza se proponía simplemente advertir a un cártel rival, el del Pacífico, lo que le esperaba si seguía empeñado en tender sus redes en tierras de Jalisco, que los zetas consideran exclusivamente suyas. Lo que pone los pelos de punta al leer esta crónica no son solo los horripilantes excesos de crueldad cometidos por los forajidos en esta ocasión, sino que salvajismos de esta índole son frecuentes en distintos lugares de México, donde cerca de 50.000 personas han perecido ya desde que el Gobierno del presidente Felipe Calderón decidió enfrentar militarmente los cárteles de la droga que habían comenzado a infiltrarse como una hidra por todos los vericuetos del Estado, empezando por los cuerpos policiales.

Declarar esta guerra fue un acto de coraje, sin duda, que ha servido para sacar a la luz del día y mostrar el enorme poder económico y bélico del monstruo que anidaba en las entrañas de la sociedad mexicana, pero, también, para comprobar lo quimérico que es ya en nuestros días creer que se podrá acabar con el tráfico de drogas y la delincuencia y crímenes que genera mediante la simple represión. La bestia ha crecido demasiado y cuenta con demasiados recursos para poder derrotarla por las armas de modo definitivo. Ella se reproduce como las serpientes en la cabeza de la Medusa y la violencia que desata puede llegar a desarticular el funcionamiento de todas las instituciones y a convertir la democracia en una caricatura de sí misma.
Proceso reproduce el mensaje que los autores del asesinato dejaron garabateado en una de las camionetas. Basta tratar de leerlo para darse cuenta de la indescriptible mescolanza de ignominia, crueldad y estupidez que guía a los forajidos. Comienzan advirtiendo que "el pleito no es con la población civil. Es con el Chapo y Mayo Zambada que andan queriendo pelear y no defienden ni su tierra". Acusan a sus enemigos de ser "informantes de los gringos" y piden a las gentes de Jalisco que "se quiten la venda de los ojos". Añaden: "Aquí les dejamos estos muertitos. Sí, los levantamos nosotros para que miren que sin la ayuda de ningún cabrón estamos metidos hasta la cocina". Se despiden de este modo jactancioso: "Atentamente. Grupo Z, el cártel fuerte a nivel nacional. El único cártel no informante de los gringos. Lealtad, honor, Grupo Z, siempre leales". (He puesto la puntuación para hacer algo más comprensible ese mazacote sintético). Lo que parecen querer decir es muy simple: "Asesinamos a esos 26 solo para demostrar que podemos hacerlo". No tenían inquina alguna contra sus víctimas. Los aniquilaron solamente para que el enemigo supiera que estaban en condiciones de acabar con cualquiera que pretendiera disputarles el monopolio que se habían ganado a punta de dinero y balazos.
¿Significa esto que México seguirá hundiéndose en la barbarie de manera irreversible?
Nada de eso. Yo llegué a la ciudad de Guadalajara dos días después de aquella matanza, permanecí cuatro días en la ciudad y no vi ni un solo muerto ni una sola escena de violencia. Más bien, mañana, tarde y noche estuve rodeado de libros y de gentes cultas, apasionadas por el arte, las ideas, la música, la poesía, las novelas, hombres y mujeres que acudían en masa a escuchar presentaciones de novedades literarias, diálogos y debates de escritores, filósofos, politólogos, críticos y masas de personas que salían de los interminables pabellones de la Feria con enormes bolsas llenas de los libros que acaban de comprar. Tuve un diálogo público con Herta Muller sobre la vocación literaria y creo que ninguno de los dos vio jamás un público tan atento y numeroso, unos 1.800 espectadores. Cualquiera que hubiera vivido solo esa experiencia hubiera concluido que México está muy lejos de la barbarie y es uno de los países más civilizados, libres y cultos del planeta.

En verdad, México, como el resto de América Latina y buena parte del mundo, es ahora las dos cosas a la vez. Si, antaño, parecía que la civilización y la barbarie tenían bien definidas sus demarcaciones y eran antagónicas, hoy descubrimos que aquella era una más de las muchas ilusiones que fabricamos para no sentirnos demasiado inseguros en el mundo en que vivimos. Gracias al fanatismo religioso y político y su símbolo -el terrorista suicida- y a la criminalidad que la industria de la droga genera por doquier, además de factores como las enormes desigualdades económicas, el desplome de los valores espirituales y religiosos y el generalizado desapego a la ley, la barbarie es hoy un ingrediente esencial de la civilización, una de sus expresiones. No es una casualidad que en Noruega, que parecía un pequeño paraíso, el salvador de la humanidad Anders Behring Breivik se cargara el 22 de julio pasado a 77 inocentes, solo para mandar un mensaje al adversario, como hacen los zetas mexicanos.
Cuando recuerda que el Holocausto fue obra de un país que era el mismo de Goethe, Beethoven, Rilke y Thomas Mann, George Steiner saca la siguiente lección: "Las humanidades no humanizan". Tal vez tenga razón, tal vez sea cierto que la cultura no nos defiende contra el instinto tanático de destrucción y muerte que se disputa en nuestro ser con el Eros constructivo, solidario y vital.
Pero, acaso, la cercanía del peligro y del horror sea un poderoso aliciente para el quehacer cultural, lo impregne de una atracción hechicera y de una fuerza mágica a la que inconscientemente acudimos en pos de consuelo, ayuda, seguridad, cuando el suelo parece estar cediendo bajo nuestros pies. ¿Es esa la explicación de la extraordinaria concurrencia de jóvenes que, procedentes de todas las provincias de México, acuden a la Feria del Libro de Guadalajara? Las tres o cuatro veces que he estado allí siempre me llamó la atención esa presencia sobresaliente de chicos y chicas. Y este año ella ha sido infinitamente más numerosa que las anteriores, añadida de un gran número de niños que poblaban los pabellones de literatura infantil. Esos millares de muchachos y muchachas circulando por todos los rincones de la Feria, haciendo largas colas para asistir a los actos programados, hojeando los libros de las estanterías o leyendo tumbados por los suelos o apretujados en los cafés y salas de descanso, parecían inmunizados contra los peligros que erizan las calles de México, fuera del alcance de esos pistoleros semianalfabetos, armados de las armas más modernas de la industria bélica, que levantan a los indefensos transeúntes y los matan solo para que sus competidores sepan lo feroces y mortíferos que son.
La Feria del Libro de Guadalajara comenzó hace un cuarto de siglo sin muchas ínfulas pero ha ido creciendo de manera sistemática, sin pausa, y es ahora un encuentro internacional al que acuden editores, agentes, libreros, escritores y lectores de todos los países del globo. Su notable éxito se debe a que ha sabido combinar el aspecto industrial y comercial con el cultural, de mercado que es al mismo tiempo un semillero de actividades creativas en la que participan intelectuales y escritores de todas las culturas del globo. Ahora no solo existe en el Estado de Jalisco. Desde el año pasado se celebra también en Los Ángeles y esta es, creo, la única feria en Estados Unidos dedicada exclusivamente al libro en español.
Se trata de un espectáculo hermoso y gratificante, sin duda. Y, también, de un homenaje a esos 26 pobres diablos sacrificados de manera inmisericorde por las guerras cainitas del narcotráfico. Porque no hay nada más lejano de la muerte, la crueldad y la brutalidad que el amor por los libros.

Fuente: Diario "El País" (España), 04/12/2011

Tasa de Homicidios en la Región Año 2010 (x cada 100 mil hab.)

Honduras .......................................................... 60,9

Jamaica ...........................................................59,5

Venezuela..................................................52

El salvador.............................................51,8

Guatemala....................................45,2

Colombia.............................38,8

Belice............................34,3

Brasil..................22

México...............22 (Extremos: Chihuahua 70,9; Ciudad de México 4,4; Media en 2011: 14,6)

Fuente: "El País" 5 feb. 2012; Gobierno Federal de México e Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México (2010); Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, UNODC (2008).

Link de consulta para ampliar sobre el tema involucrando a Argentina: 

http://historiayliteraturaargentina.blogspot.com/2011/12/violencia-social-tasa-de-la.html

Profesor Carlos Cabrera

 

jueves, 2 de febrero de 2012

"El Monje Negro del Apocalipsis" (Capítulo XXIII)




Los perros ladraban. Lo que parecía una bella armonía, no lo era. Sentía deseos de embriagar el corazón de vino, de adormecerse por un fugaz instante, de involucrarse íntimamente con su familia, sin las presiones de los acontecimientos y las circunstancias terribles que involucraban a algunos. ¿Y si se rindiera a la ley de los otros? Si fuera así, pensó, existiría un pobre hombre incapaz de educar a un niño, de amar a una mujer, de abrazar la vida con dignidad.
Quizás los hombres se estaban extinguiendo; quizás no quedaban razones para la lucha. Tal vez, nuestra naturaleza era así de ordinaria y había que aceptarla, del mismo modo en que las demás especies aceptaban pasivamente la propia.
Dos días después llegaron las noticias ingratas. El emperador, juntamente con las autoridades religiosas del episcopado y el clero, ordenaba la entrega de todo texto apócrifo y prohibido; además se ofrecían treinta monedas de oro a todo aquel que diera información precisa sobre el paradero de sectarios, falsos profetas, magos, monjes y malhechores que predicaran lo que no es ley.

Fue entonces cuando el éter comenzó a deformarse, parecía una masa tremebunda que se estiraba envolviéndolo todo. El mar danzaba con olas negras y la tierra temblaba sobre el abismo esférico de la muerte. Ni los pájaros cantaban. El universo parecía sufrir una repentina contracción, un espasmo vital que sacudía el orbe sagrado. Si dios moraba allí arriba, él también padecía el temblor bajo sus pies blancos.
El día siguiente incendió el alba donde el horizonte tallaba su frontera. Paso a paso el anunciado Apocalipsis bíblico cumplía inexorablemente su presagio fatal. Ahora se comprendía la palabra de Cristo: “Mi reino no es el de este mundo”. Había que pensar en otro lugar dotado de seres dignos de un paraíso auténtico. La tierra lo había sido cuando la naturaleza viva, aún, no había engendrado la nueva raza.
El plan de Dios era el hombre perfecto.

Al mediodía las llamas avanzaban consumiendo la hierba. Una pequeña aldea se incineraba al otro lado de las montañas. El humo parecía una estela de nube inhalando el aire de la llanura. Al fondo del camino, un potro salvaje levantaba polvareda. Reconoció el caballo que se aproximaba a la casa en el fulgor de los cascos que brillaban. Venía como si el infierno apareciera en los bordes del sendero que dejaba.....
Nazareno conservó la compostura, la necesaria para preparar la última fuga.
Guardó una muda de ropa en la alforja grande y los textos sagrados en la pequeña. Cargó una cantimplora de agua para el camino y habló, por última vez, mientras acariciaba las mejillas del corcel con su mano diestra:

“Otra vez el destino fuerza la huida que no quiero. Ustedes son todo lo que tengo. Los amo. Pero no sería un hombre cabal si renunciara a mi lucha. Vosotros sois mi energía en cualquier lugar donde respire. Que dios me de vida para volver a veros. Sé muy bien que vienen por mí y sería un daño irreparable para todos si me quedara. Vuestra hermana es cruel, pero no tanto. Sólo buscan mi cabeza. Cuídense los tres, sean fuertes y no abandonen nunca esa fe poderosa que llevan en sus pechos, que es la fe verdadera pues no hay otra. Amen, así como son capaces de amar, aunque el enemigo ponga la daga en vuestro cuello”.

"El Monje Negro del Apocalipsis", cap. XXIII: "La Cruz Rota" (Novela Histórica registrada e inédita)

miércoles, 1 de febrero de 2012

"El Monje Negro del Apocalipsis" (Capítulo XIX)


Arsinoe era Magdala, la que había muerto el mismo día de la partida. Ahora, estaba más allá del contacto terrenal con los mortales; ella era la Diosa-Maga, la que todos adoraban, el Mesías hecho mujer-deidad para cumplir con la promesa de la leyenda y el mito.
Al despertar de su aletargado sueño vio como le arrojaban flores del campo y como las muchachas corrían detrás de ella para pedir por la juventud eterna, los niños por un sueño de cristal que perdurara intacto, los ancianos por una muerte digna en su propia tierra. Todos anhelaban lo que no tenían, lo que parecía imposible, aquellas cosas que estaban lejos de los hombres. Fue, entonces, cuando Nazareno se acercó al viejo amor que brillaba sobre los hombros aceitados de seis hermosos efesios. Cuando, finalmente, estuvo frente a los ojos inconfundibles de la que había amado, hizo un gesto de cortesía. Pronunció unas palabras que, sin saberlo, serían las primeras y las últimas que pronunciaría ante la maga: “Dime, Magdala, retornáras a la tierra húmeda para que pueda amarte o te quedarás en el cielo para subyugar a los mortales”. La diosa lo miró con la misma compasión de lástima con que los hombres poderosos miraban a sus siervos. Sus labios, que parecían un higo abierto al mediodía, produjo el breve temblor de las palabras que matan: “Si descendiera para amarte acabarías con mi placer. El amor de los hombres siempre es un desenlace cruel; el poder, en cambio, te crea esta perversa ilusión de estar por encima de todos”.

Eso fue todo. El monje permaneció con la mirada obnubilada, sin voluntad, sin lograr comprender lo que estaba viviendo.  Nuevamente su pensamiento se había trasladado a otro mundo, a otra realidad ajena. Pensó que el hombre es un niño perpetuo.  Pensó  que  el  hombre verdadero  resistía  para descubrir algo superior; se negaba a aceptar una percepción falsa de la realidad. La vida no podía ser una mera quimera donde el mago creara un poder hecho de ilusión.  Su  magia exploraba las necesidades de la gente, las explotaba, las multiplicaba. El mago gobernaba a los idiotas  levantando una falsa muralla contra un enemigo que no era peor que el que estaba dentro.
En su viaje cósmico, el monje, perfilaba un futuro de extraordinarias mentiras para que el hombre lo creyera y se regocijara de una historia propia que no era tal. Se inventaban verdaderos mitos  para despertar la necesidad de agasajarlos, de sublimarlos, de rendirles pleitesía. Había necesidad de ver que había razas superiores, que había hombres superlativos y que sólo ellos eran los elegidos por la voluntad divina. Hasta los dioses o el único dios lo aprobaban. Era parte de la representación de la gran obra universal. A nadie le faltaba un rol para cumplir. Si el campesino era campesino, lo era porque debía serlo. Dios, el justo, había repartido cada papel con el bastón dorado de su diestra. La justicia etérea no se discutía ni se cuestionaba, se aceptaba incondicionalmente para tener un lugar en el cielo. Solamente los transgresores y los rebeldes arriesgaban un alma perpetua en el infierno.
Así, con un pensamiento construido a  la medida de los mortales, fue naciendo una nueva autoridad que las masas reclamaron como propias. La ignorancia estaba edificada sobre la misma naturaleza de la especie y educarla podía derribar las columnas que sostenían tan bella construcción; debían comportarse como seres incapaces de crear un pensamiento propio.

"El Monje Negro del Apocalipsis", Cap.XIX, "La Diosa-Maga"

"El Monje Negro del Apocalipsis" (Capítulo XVII)


"...¿Qué quería decir “historia deformada por la construcción histórica”? ¿Qué es lo que necesitaban “las masas futuras”? ¿Por qué “Cristo había previsto el  desenlace de la cruz”?
    Un torbellino de interrogantes, como un tornado que todo lo arrasa,  quedaba abierto y procuraba la búsqueda secreta de las respuestas precisas.
    Pero, aún más, preservaba un interrogante fatal que podía alterar el curso del camino elegido y los acontecimientos por venir: ¿Y si, efectivamente, Cristo hubiera sido un falso profeta? ¿Y si aquél Mesías fuera un mago que obnubiló las mentes de todos aquellos que necesitaban creer en alguien? ¿Y si los fariseos judíos tuvieran razón?
    Pensó por un instante en que los grandes hombres de la Historia aparecen cuando sólo existen pequeños hombres.
    Pensó que la vida de cada cultura y religión se somete de modo cíclico a profundas revisiones de su propia existencia.
    Pensó, también, algo muy simple y sencillo: Este nuevo Dios existe, y del mismo modo en que desaparecieron los que estaban, puede, tarde o temprano, aparecer otro nuevo que expulse a éste que existe y que hoy se siente tan seguro de sí mismo sobre el trono del éter.
    Retornaron los crudos e inquietantes interrogantes: ¿Acaso necesito de otros para creer en la existencia divina? Si soy creyente: ¿Por qué debo recurrir a intermediarios?, acaso ¿no basta con mi fe? ¿Debo aceptar que unos hombres me vendan lo que ya existe en mi alma? ¿Si tengo fe, para qué quiero otra?
    Los discursos del emperador  y los del Papa siempre decían cosas que la gente llana le gustaba escuchar. Sólo el poder irracional utilizaba la fuerza como método. En un caso engañaban las mentes, en el otro, ejecutaban a los hombres. Dos formas diferentes de dominar a las masas. Dos caminos distintos para idéntico fin.
    Comprendió que todo estaba hecho para que los hombres vivieran subordinados a sus propias necesidades y fueran incapaces de resolver sus propios conflictos. Había que ordenar al rebaño para que no se saliera del aprisco señalado con alambres de púa. Y las ovejas descarriadas por naturaleza, pronto, verían en los elegidos, la voluntad divina encarnada en los hombres hechos para gobernar y dirigir a los fieles, sin ojos, sin oídos, sin bocas más que para adorarlos.
    Cuando el  hombre no quiere ver es inútil que se lo instruya, pero cuando abre los ojos descubre que la realidad es más profunda, intuye que hay algo que está por debajo de la superficie, algo raro que debe descubrir.
    Así, brotó el interrogante más elemental de todos: ¿Y si acaso, todo debía ser como era porque la raza humana era una raza de idiotas?....."

El Monje Negro del Apocalipsis, cap. XVII "El Predicador"

"El Monje Negro del Apocalipsis" (Capítulo XV) (1º parte)

 
El Estado, por su parte, reestablecía el orden recurriendo al derecho, un formato legal hecho por los que estaban anclados en el poder mismo. El Código Teodosiano es el mejor ejemplo del modo en como un emperador buscó imponer el concepto de justicia, adecuando todo el sistema jurídico preexistente en torno a una nueva realidad.
Todo aquello que perturbara las buenas relaciones con el individuo estaba sujeto a ser reprimido por la fuerza y su violencia se justificaba en nombre de la mayoría y  en beneficio de muy pocos.
Una fuente antiquísima narra que en cierta aldea del Mar Negro dos o tres revoltosos, un poco inquietos, habían asaltado al cobrador de impuestos. Cuando el romano hizo la denuncia ante  las autoridades de Oriente, el poder encontró la razón para justificar sus actos de arbitrariedad más depravados y crueles. Con la farsa de que aquellos hombres y mujeres escondían en sus casas a los malhechores, el pueblo fue sitiado bajo amenazas durante todo el día. Cuando llegó la noche lanzaron los lobos y los mastines hambrientos para descarnarlos. Al alba, el fuego lo arrasó todo. Los bandidos en cuestión nunca habían existido. Mucho tiempo después se  descubrió que el cobrador de impuestos había enterrado los beneficios públicos en lugar secreto, donde fue encontrada una enorme tinaja cargada de monedas de oro y plata. Pero el funcionario para entonces ya había muerto. Y la aldea sospechada de producir trigo para los bárbaros del norte había dejado de existir en un lugar donde ya nada crecía.
Cambiaban los hombres pero no las formas. Se hablaba en nombre de todos, pero se actuaba en favor de los que poseían el verdadero poder,  un viejo recurso político y social que se justificaba con leyes inventadas por los beneficiarios directos del conflicto.
En el pasado reciente del Imperio, vulgares campesinos fueron transformados en caudillos o generales que luchaban por las reivindicaciones de su propia gente. Solía darse paradojas incuestionables: Un bandido accedía al estatus de caudillo de pueblo, para traicionar, finalmente, su origen aldeano; otros, más afortunados utilizaban al Estado para contribuir a las masas y arrastrar pueblos enteros detrás de sí con el firme propósito de expresar un poder multitudinario. Uno traicionaba desde lo individual hacia lo colectivo, otro, hacía lo mismo, aunque desde lo colectivo hacia lo individual. En conclusión, las masas siempre creían más en un Estado represor que en un salvador ocasional.
Un padre de la iglesia, el más notable, escribía en relación al tema: “Eliminad la justicia,  ¿y qué son los Estados sino meras bandas  de malhechores a gran escala? ¿Y qué son las bandas de malhechores sino reinos en miniatura?”. Agustín de Hipona en “La Ciudad de Dios” define la ciudad celeste y la terrenal como “las dos ciudades que se encuentran mezcladas y confundidas”, pues percibía la existencia del bien y del mal en el mismo plano de las realidades concretas. ¿Cómo separarlos? Pues demostrando que podía existir una existencia superior. ¿Pero, dónde? Estaba claro que el mundo terrenal era caótico y había necesidad de creer en  alguien o en alguna Institución mágica que salvara a las ovejas extraviadas y perdidas en la espantosa oscuridad de la noche. La Iglesia vendría a iluminar el camino y sus líderes se convertirían, así, en los mensajeros de la palabra de Dios.
Cambiaron la ornamentación para hacer exactamente lo mismo que hacían con los dioses paganos.....

"El Monje Negro del Apocalipsis", cap. XV "El Cuerno de Oro"